La habitación, una sala de comunicaciones improvisada, era quizá el entorno más secreto y seguro de todo el complejo de los Rider Corps. No figuraba en ningún plano, su acceso estaba camuflado, contaba con las mejores protecciones de insonorización y aislamiento, escudos de red y cortafuegos, y salvaguardas y sellados mágicos en al menos cinco planos dimensionales distintos.
En todo el planeta de Occtei no existía un lugar más aislado del resto del mundo. En el resto de la galaxia no había muchos que pudiesen igualarlo o superarlo.
El número de personas en el complejo que sabían de su existencia podían contarse con menos dedos de los que hay en una mano humana.
Una de esas personas se encontraba en su interior en ese momento, en plena conversación con alguien a mundos de distancia. Una voz distorsionada por un filtro electrónico habló primero.
"¿Alguno de los Riders se ha visto comprometido?"
"No, señor. Athea Aster fue quien obtuvo los restos del disco duro de Pratcha, pero ya hemos cubierto ese detalle. También hemos lidiado con el técnico al cargo."
"¿Es seguro?"
"Es un trabajador leal y esperamos que cumpla sin que tengamos que manchar las aguas de rojo. De todas formas, se han tomado medidas de monitorización dado su pasado."
"Si surge algo debe usar agentes externos, reducir la relación con el Proyecto al mínimo."
"Sé hacer mi trabajo, señor. Cuento con individuos de confianza al margen de los Corps que podrían hacerse cargo."
"Bien. ¿Sabemos cómo obtuvo Pratcha los datos?"
"Esa es la pregunta del millón. Pese a su antigüedad con los Corps, Pratcha solo tenía un nivel seis de acceso a los archivos, y los archivos en cuestión que copió están incluso por encima del rango máximo siete. Alguien tuvo que proporcionarlos, pero eso implica que uno de ustedes en el Círculo Interno la ha fastidiado o es un traidor."
"..."
"Vaya, no me digan que hay problemas en el paraíso."
"Existe... cierta aprensión respecto a un individuo concreto ¿Qué sabemos de ella?"
"Nada, como las últimas cien veces que me ha hecho la misma pregunta todos estos años. Oficialmente sigue muerta. ¿Creen que ha tenido algo que ver?"
"Si hay alguien que podría encontrar la forma de comprometer nuestra seguridad sin que lo supiéramos hasta que fuese demasiado tarde, sin formar parte activa del Proyecto en la actualidad..."
"Recemos para que los informes iniciales de su muerte no sean una exageración."
"Tampoco podemos descartar la posibilidad de un agente externo."
"¿Amur?"
"Siempre hemos sospechado que sabe más sobre nuestros movimientos de lo que ha expresado, y a pesar de su siempre conveniente colaboración..."
"Si están pensando en ir a por Amur-Ra podemos darnos por muertos."
"No es una línea que estemos dispuestos a seguir, pero tampoco podemos desechar todas las posibles..."
"No, olvídenlo. Puedo intentar observaciones discretas, pero recomiendo encarecidamente que se abstengan de dar cualquier orden activa contra Amur-Ra. Sería como dispararse en el pie."
"Tendremos en cuenta su consejo."
"Más les vale."
"Volviendo al asunto Pratcha... ¿qué sabemos de sus dos ayudantes?"
"Axas y Dovat, atlianos, sin apellido. Ninguna de las Casas quiso reconocerlos tras la muerte de sus padres a pesar de la acogida por parte temporal de una prima de la línea materna. Pratcha prácticamente los adoptó, así que tendrían derecho a usar su nombre aunque nunca lo hayan hecho. Dada la destrucción de los datos de Pratcha es posible que éste elaborase una copia, total o parcial, que esté ahora en menos de esos dos."
"Los Riders deberían haberlos aprehendido."
"Los Riders son libres de ejercitar su propio juicio, y como Alma Aster sabiamente indicó, si queríamos una operación de limpieza estándar deberíamos haber enviado a un comando estándar."
"Soldados normales no habrían podido con la llave mórfica."
"Cierto, de ahí el empleo de los Riders. Pero tampoco les informamos de qué había robado realmente Pratcha, y Alma actuó con la información de qué disponía y su propio juicio. El problema de crear héroes es que van a actuar como héroes, señor. Si no querían eso deberían haberlos adoctrinado como soldados."
"¿Podríamos enviarles para hacerse cargo de Axas y Dovat?"
"Eso sería un desastre en potencia."
"Explíquese."
"Los Riders tienen como misión principal enfrentarse a los garmoga. Salvar mundos de los garmoga. Salvar la galaxia. Dentro de ese marco de acción tampoco tienen problemas en participar en operaciones de rescate o de mantenimiento de la paz conjuntamente con fuerzas de Concilio. Pero una cacería de un individuo no reconocido públicamente como un criminal los ha incomodado. Lo han considerado un uso de fuerza excesivo, y tienen razón. Si intentamos repetir lo mismo usándolos para quitarnos a esos dos atlianos de encima..."
"¿Cree que podrían traicionarnos?"
"No, no lo creo. No sin una razón extrema. Los Riders son leales. Pero algo así los volvería suspicaces, al menos un tiempo. Y siempre existe el riesgo de que eso suponga alteraciones en su rendimiento. Dados los últimos sucesos, lo último que necesitamos son Riders con dudas."
"Entonces nos haremos cargo de los mellizos atlianos usando medios dentro de lo convencional una vez hayan rastreado su posición."
"Inteligencia nos indica que podrían estar aún en alguna parte del cuadrante Bet. Abdos, Cias y Delvona parecen ser los mundos con más papeletas. Mucho tráfico de individuos, gran población en el caso de los dos primeros... amplias posibilidades de buenos escondites hasta que puedan obtener mejor transporte. Los encontraremos más pronto que tarde."
"Excelente, manténganos informados cuando proceda con la operación. Buen trabajo y gracias, Director Ziras."
El holomonitor vibró y la silueta bañada en sombras con la que había estado charlando se disolvió dejando solo un haz de luz blanca que iluminó el cansado rostro de Arthur Ziras, director y comandante en jefe de los Rider Corps.
Éste se recostó en su asiento, única comodidad de la pequeña sala. Suspiró llevándose la mano a la frente, sintiendo el dolor de cabeza producido por el agotamiento y otras cosas que no se permitía el lujo de admitir.
"De nada", susurró, "De nada, grandísima escoria humana."
******
La protoforma esférica de la llave mórfica flotaba cómodamente en un campo de estasis en el laboratorio de Ivo Nag. La superficie metálica del dispositivo tenía una cualidad casi líquida. Parecía moverse y presentar oscilaciones, casi como si algo invisible caminase sobre agua sin quebrar su tensión superficial.
"Es un artilugio fascinante", dijo Ivo Nag, "Aunque espero que tengas presentes que esto se escapa un poco de mis experiencias habituales, muchacha."
Dovat asintió como respuesta.
Ella y el viejo phalkata era los únicos en el laboratorio en aquel momento. Axas había salido a hacer una incursión rápida a los mercadillos de La Zanja en busca de provisiones y material extra. El doctor le había informado de que debía pedir los materiales tal y como estaban redactados en la lista a pesar de las aparentes erratas.
"No es la primera vez que alguien compra en mi nombre, chico", le explicó, "Así sabrán que vas de mi parte y sabrán qué es lo que tienen que venderte realmente, sin rechistar y sin jugártela en los precios. Porque no quieren jugármela a mí."
La reputación de Nag estaba probando ser útil al menos, lo cual en cierto modo era un alivio.
"El tío Tiarras hizo uso de una de las llaves de la remesa inicial del proyecto, de antes de su cancelación. Asumo que usted conoce los principios básicos."
"Trátame de tú, polluela. Y claro que los conozco. Fui uno de los supervisores contratados externamente de ese circo de pulgas. Intentar conseguir una versión de producción en cadena de los Riders, un cacharro que pudiese dar ese poder a cualquiera... eso no iba a terminar bien nunca."
"Por la infusión de energía."
"Eso es solo uno de los factores... esto es el Nexo de lo que estamos hablando", dijo Nag, "El Nexo es algo más que una fuente de energía, es algo vivo, es el poder de todas las cosas vivas de la galaxia. Es magia. Y muchos de los imbéciles al cargo no querían terminar de entenderlo."
"Los humanos no tenían conocimiento de la magia hasta que llegaron a esta galaxia."
"Pero aprendieron rápido lo esencial. Ahí tienes a los Riders. El problema es que eran apresurados, querían mucho en muy poco tiempo y nunca dejaron de ver la magia como otro tipo de ciencia que podrían manufacturar de forma fácil. Su propia experiencia con los Riders y toda la sucesión de fracasos con los Dhar Komai debería haberles enseñado la lección."
"Entonces ¿es cierto? Lo de los Dhars, quiero decir", preguntó Dovat genuinamente interesada.
"Si. ¿Los cinco que hay? Los únicos que sobrevivieron de una remesa de producción con un número inicial proyectado de cientos. Una auténtica flota de esos bichos y solo fueron salvables un puñado. Le hace pensar a uno en el destino porque al final también solo consiguieron cinco Riders viables."
La conversación de vio interrumpida por un zumbido, el aviso del timbre exterior. Tras una comprobación rápida, Axas accedió a la consulta y de ahí al laboratorio de Ivo Nag. Cargaba con dos enormes bolsas negras de las que asomaban piezas metálicas, recipientes y tubos, y llevaba también una larga caja de plástico negro bajo el brazo.
"Ya estoy aquí... todo el mundo pasó a ser extremadamente amable al mencionar su nombre, doctor."
"Hrm... más les vale."
"¿Has traído todo?", preguntó Dovat.
"Todo lo de la lista", respondió Axas mientras depositaba con cuidado el material, "Pero confieso que no tengo ni idea de qué son la mitad de las cosas que traigo."
"Vamos a hacer operaciones muy poco ortodoxas con uno de vuestros cuerpos, pollito", dijo Nag con una sonrisa afilada, "Pronto sabrás más de lo que esperas. Después de todo necesitaré tu ayuda cuanto tenga que abrir a tu hermana en canal."
"¿¡Qué!?"
Dovat miró al viejo phalkata con cierta expresión de alarma, "¿Doctor?"
Ivo Nag se encogió de hombros. Parecía genuinamente perplejo.
"¿No lo habéis hablado aún? Creía que la elección era obvia, dada la fisiología de vuestra especie. Las hembras atlianas sois más resistentes que los varones, querida", explicó, "Contáis con mayores redundancias en vuestros órganos y sistema nervioso. Si vamos a inundar a uno de vosotros con energía del Nexo, tú tienes más papeletas que tu hermano de salir bien parada."
"Supongo... supongo que eso también ayudará en la operación", observó Dovat intercambiando una mirada con Axas. Éste parecía aún intranquilo.
"Oh, sin duda, sin duda", dijo Nag, "¿Recuerdas lo que mencionamos del Nexo hace unos instantes y porqué falló el proyecto inicial de las llaves mórficas?"
"Ya me dijo que no era solo por el exceso de energía, sino por algo más, por la misma naturaleza mágica del Nexo."
"El exceso de energía en sí puede freír un cuerpo no preparado, pero el verdadero problema es que las llaves mórficas fuerzan un lazo con el Nexo. Un lazo no buscado. Son una violación básica de algo vivo y el Nexo responde de forma violenta en consecuencia, consumiendo al culpable."
Dovat bajó la vista, pensando en Pratcha. Axas por su parte aventuró una pregunta, "Entonces, ¿Los Riders...?"
Ivo Nag sacudió la cabeza, "Algo totalmente distinto. Muchas cosas solo las conozco por rumores. Las alteraciones físicas y genéticas a las que se ha sometido a esos cinco son... bueno, podrían escribirse enciclopedias sobre el tema. Se cree que todo pudo empezar incluso con sus mismos progenitores y que ya nacieron con algún tipo de alteración heredada, pero eso son solo conjeturas", contó el viejo phalkata, "Pero todo eso no valdría de nada si el Nexo no hubiese establecido un lazo con ellos. Contaron con Amur-Ra. Llevaron a cabo los rituales apropiados, aunque eso tampoco garantizaba el éxito total. Pero el Nexo los aceptó. El Nexo tiene una conciencia viva y vio algo en los polluelos Aster que hizo que los abrazase con su poder como no había abrazado a nadie en milenios."
"Pratcha nos contó historias, que en el pasado de la galaxia hubo otros...", dijo Axas.
"Y ahora son solo cuentos para los descreídos. Yo también los conozco", replicó Ivo Nag con un reflejo distante en sus ojos, "¿Estáis seguros entonces?"
Dovat asintió, firme.
"La clave es temporalizar el vínculo, de eso tengo que encargarme ultimando la protoforma de la llave, y tendremos que hacerlo de forma conjunta a la intervención en mi cuerpo para garantizar un flujo regular."
"Forzar un vínculo con el Nexo que pueda ser cortado sin un enlace permanente, es ingenioso. Peligroso también, pero ingenioso."
"El problema de las viejas llaves mórficas es que no podían desactivarse una vez usadas. Las alteraciones en mi organismo también deberían servir para prolongar la unión el mayor tiempo posible antes de verme afectada físicamente. Eso junto con el injerto permanente..."
"Dovat," interrumpió Axas, "¿Estás absolutamente segura de esto?"
Dovat miró a su hermano. Axas siempre había sido leal para con su tío, como bien había indicado su casi suicida enfrentamiento con Rider Red, pero en realidad siempre había cultivado en su interior un mar de dudas. La joven atliana suspiró antes de hablar.
"Axas, tenemos que terminar lo que empezó el tío Tiarras. Y habrá gente muy peligrosa que intentará frenarnos. Puede que vuelvan a mandarlos a ellos a por nosotros. Rezo por que no sea el caso, pero si es así..."
"Tenemos que estar preparados", replicó el joven, cabizbajo.
"Si, tenemos que estarlo."
Por nosotros, y por ti, tío Tiarras, pensó Dovat, Por todos los muertos.
Dovat hizo un gesto a Ivo Nag. El viejo phalkata asintió, no sin cierto respeto hacia aquel par de niños, y se retiró a preparar todo el material necesario para comenzar el procedimiento.
Finalmente Dovat se volvió a mirar la llave mórfica, flotando plácida, indiferente al destino que estaba a punto de desatar.
Llevarían la luz de la verdad a la galaxia, aunque tuviesen que hacerlo por la fuerza.
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