Arthur Ziras era un hombre muy estresado.
No era una afirmación hecha a la ligera. Era prácticamente su estado natural desde que había ascendido al puesto de Director de los Rider Corps, pero había situaciones que lo acentuaban y lo hacían recaer en viejos vicios.
Esa era la principal explicación a la neblina cargada de nicotina que impregnaba el aire de su despacho mientras, sentado ante su escritorio, conservaba con las tres figuras holográficas situadas ante él, miembros del Alto Mando de la Humanidad, sus inmediatos superiores y lazo directo con el Concilio.
Dichos individuos decidieron pasar por alto la falta de formalidad que suponía el acto de Ziras de masajear sus sienes mientras mascullaba improperios tras leer el informe que acababan de proporcionarle.
"¿Cuándo va a ser esto?", preguntó, levantando la vista.
La respuesta vino del individuo situado en el proyector holográfico central, un varón obeso de mediana edad y de aspecto opulento.
"En menos de una hora, el proceso en sus fases finales ha sido una auténtica operación relámpago. Será una ceremonia pública en los reconstruidos Jardines de Concordia, un claro intento de capitalizar simpatías hacia la parte de los embajadores", respondió.
"¿Y qué vamos a hacer al respecto?"
"¿Oficialmente? Nada", intervino la figura del proyector holográfico a la derecha de Ziras, una mujer vestida con un sencillo uniforme militar negro. Solo las estrellas doradas en su pechera indicaban su rango de Almirante.
"No se ha incurrido en ninguna ilegalidad", continuó, "De la misma forma que nuestro Proyecto DHARS es una iniciativa semi-independiente por parte de nuestro gobierno en colaboración con el Concilio y el apoyo de los Eldara, también lo es la propuesta de la Sentan."
"Que sean una corporación privada en vez de un cuerpo de gobierno es algo puramente académico a estas alturas", dijo la persona en el proyector a la izquierda, un hombre anciano con implantes cibernéticos en lugar de ojos, "Hemos revisado toda la documentación, pero es sólida. El proceso es legal, y cuentan con el apoyo del gobierno central de Neaf. Parece ser que más de la mitad de los activos de la empresa están en manos de miembros de los eldrea."
"Lo cual les da un acceso directo a la aprobación del Concilio como especie fundadora", concluyó Ziras, "Demonios."
"No creo que debamos ver esto como una desventaja", explicó el individuo central, "Es cierto que podría redirigir la opinión pública, pero nada garantiza su viabilidad a largo plazo, ¿Mmm?"
"Por eso no haremos nada oficialmente... ¿Extraoficialmente? Eso aún está por ver", dijo la mujer.
"¿Cuál recomiendan que sea la postura de los Corps ante esto?"
"Colaboración, cordialidad", dijo el anciano, "Somos la organización veterana. Seguramente intentarán orquestar algún tipo de competitividad o rivalidad artificial, pero debemos presentarnos de forma sensata. Casi como mentores."
"Y cuando tropiecen –y sin duda lo harán, con nuestra ayuda o no– estaremos ahí para tender una mano", dedujo Ziras, "Bueno, si falta menos de una hora imagino que los Riders se enterarán por su cuenta. Los llamaré para dejar clara la postura oficial más tarde."
Una parte de él tuvo que reprimir un escalofrío al pensar cuál sería la reacción de los Riders a todo esto, especialmente Avra.
Cinco infiernos, esto va a ser un nuevo dolor de cabeza ¿no es así?.
"¿Dónde se encuentran los Aster ahora mismo?", preguntó la mujer.
"De permiso."
******
El local se llamaba NEXUS.
Durante años habían discutido sobre si tomarlo como una broma, una señal del destino o simple casualidad. Particularidades de nomenclatura aparte, era uno de los pocos lugares en que los Riders podían disfrutar de tiempo libre en la capital planetaria de Occtei sin renunciar del todo a su privacidad, por diversas razones. Había sido así desde hace años.
Era a partes iguales un bar y sala de baile. Contaba con dos niveles, y en el superior se situaba una segunda barra y un área de bebidas al margen de la pista de baile del área inferior.
En una de las esquinas, al pie de la barra y bajo un proyector holográfico de entretenimiento se situaba un habitáculo circular semicerrado, una suerte de pequeña área VIP en torno a una mesa redonda, en la que cuatro de los Aster se encontraban de paisano en aquel momento, buscando relajarse tras los acontecimientos de los últimos días.
El alcohol no hacía nada a sus metabolismos, salvo algunos de los licores más fuertes cuyo consumo habría matado a un ser humano normal con solo un vaso. Pero la atmósfera de luces tenues de aquella parte del local combinada con la música los ayudaba a desconectar.
Antos sostenía un vaso lleno de un líquido rojo ante sus ojos, fijados en su brazo.
"¿Está temblando? Creo que está temblando."
"Tu brazo no está temblando, Antos. Tu pulso está tan firme como siempre", dijo Armyos con tono tranquilizador.
"Es que aún noto algo del entumecimiento. Menos que antes, pero..."
"Joder, Antos", interrumpió Avra golpeando la mesa con el vaso que acababa de vaciar, "La doctora te dijo que estabas bien, no se te va a caer el brazo."
"El análisis taumatúrgico señalaba que tu campo mórfico se estaba recuperando ¿no?", preguntó Armyos.
"Si, pero esa sensación no se me va de la cabeza... si volvemos a encontrarnos con esas cosas las voy a empalar con mi lanza desde lejos."
"¡Ja!"
"No era un eufemismo, Avra."
"En mi realidad lo es, e impongo mi realidad sobre la tuya, así que ajo y agua."
"¿Cuánto licor de Ycol has bebido?", preguntó Armyos sacudiendo la cabeza.
"Pues... uh...", Avra dirigió su mirada hacia tres botellas vacías, "Vaya, esto es menos de lo que esperaba para hacerme efecto... debo estar haciéndome vieja."
Un pequeño pitido sonó en la muñeca derecha de Armyos. El Rider Orange consultó la pulsera con el dispositivo de comunicaciones.
"Es un mensaje de Alma. Dice que va al templo a ver a Amur antes de pasarse por aquí."
"Sigh, ya está lanzándose a cosas de trabajo de lleno otra vez. Seguro que va a consultarle sobre lo que vimos en la luna de Valphos... La verdad, hubiese esperado que pasase todo el día con Iria", dijo Antos.
"La doctora tenía trabajo, creo que han quedado para algo mañana", dijo Avra mientras examinaba una de las botellas, comprobando si aún quedaba liquido que se pudiese aprovechar.
Silenciosa hasta ese momento, Athea Aster se levantó.
"Voy a por más bebidas", dijo, y abandonó la mesa en dirección a la barra del bar.
"Mmm...", musitó Avra con el ceño ligeramente fruncido.
"Parece que va a hablar con ella", dijo Armyos, "La verdad es que llevan un tiempo sin tener una conversación."
"Esperemos que no terminen a gritos", susurró Antos, dando un sorbo a su licor.
A pesar de la distancia, Athea pudo oír las palabras de su hermana y hermanos, pero optó por hacer oídos sordos. Se acercó a la barra, casi vacía. En aquellas horas el local aún estaba lejos de llenarse y el área superior nunca tenía la misma afluencia que el inferior. La camarera no estaba atendiendo a ningún cliente en aquel momento.
Era una mujer humana de aspecto joven, a pesar de que el blanco de su ondulado cabello eran canas naturales y no una coloración exótica. Solo ello junto a unas pocas líneas en torno a sus ojos y labios denotaban que tenía más edad de la que aparentaba. Su piel era oscura, y sus ojos de un verde azulado brillante se centraron en Athea en cuanto esta se situó frente a ella.
"¿Avra necesita más licor?"
Athea asintió. La mujer se la quedó mirando.
"¿Hay algo más que quieras decirme?", preguntó, levantando una ceja.
"Si, lo siento... yo... Ya sabes que esto nunca se me ha dado bien."
"Conversar en plan casual nunca ha sido lo tuyo. Tampoco intentar iniciar una conversación, la verdad", dijo la camarera cruzándose de brazos, "Algo te está preocupando, y solo puedo asumir que es por todo lo de los últimos meses."
Athea asintió de nuevo, "Es... una sensación que tengo desde antes de los de Camlos Tor. Desde lo de la muerte de ese técnico del que te hablé. La sensación de que todo se está complicando más de lo que debiera, y..."
"Ah, esto no es una conversación casual después de todo", interrumpió la mujer con un bufido exasperado, "Al menos habrías podido venir a casa para ello, habría sido más apropiado."
"Lo siento, no pensé... ha sido un impulso" dijo Athea, bajando la vista, "Creo que tengo miedo, Alicia."
La mujer se la quedó mirando fijamente, cualquier leve deje de exasperación desapareciendo de su rostro y dejando paso a una leve preocupación.
"Eso es inusual, y aún más viniendo de ti, mamá", replicó Alicia Aster.
Al ver que Athea Aster –Rider Black, su madre– parecía tener problemas de nuevo para encauzar su amago de conversación, Alicia posó una mano sobre sus hombros.
"Vale, esto es lo que vamos a hacer. Vamos a llevarle una botella a tía Avra, luego llamaré a Tasoom para que cubra mi turno y tu y yo nos vamos a mi casa para charlar tranquilas. Allí me sueltas todo ¿vale?"
Antes de que Athea pudiese dar una respuesta, la voz de Avra resonó en el local, imponiéndose incluso a la música: "¡ATHEA!".
La Rider Black se volvió hacia la mesa donde estaban los otros tres Riders. Alicia y ella pudieron ver a Avra Aster de pie sobre el asiento haciendo aspavientos con los brazos y señalando al proyector holográfico, donde parecía que se estaba emitiendo un boletín de noticias de última hora.
"¡Tienes que ver esto!", gritó.
******
Los Jardines de la Concordia en Camlos Tor aún estaban en proceso de reconstrucción tras siete meses desde la incursión de los Garmoga.
Pese a ello, una considerable multitud, cientos de miles de personas de todas las especies conocidas del espacio del Concilio parecían haberse congregado allí.
Sobre el imponente y decorado palco frente a los accesos a la pirámide senatorial, Ogun-Mori se habría permitido sonreír de poder hacerlo con sus rígidas mandíbulas aserradas, similares a las de un saltamontes. Como todos los eldrea que cohabitaban con la mayoría de la galaxia, se encontraba en la tercera fase de su ciclo vital. La especie insectoide solo tenía proporciones humanoides y capacidad sapiente en dicha etapa de sus vidas, tras pasar por las de larva y pupa.
Si, podría haberse permitido una sonrisa. Este día era una celebración tras años peleando para sacar adelante su proyecto. Dio una última mirada a la izquierda de la plataforma del palco, donde oculto tras unos paneles con publicidad de la Sentan Corp aguardaba su gran triunfo.
Una señal de luz por parte de los drones cámara que retransmitirían todo a la galaxia y el son de la tonadilla corporativa de la Sentan le señaló que era el momento de comenzar su intervención. Dio una última mirada a la multitud. Bien, parecía que había abundantes representantes de la prensa y de las embajadas. No parecía haber nadie del órgano senatorial, aunque estaba seguro de que estaban atentos a la retransmisión.
"Amigas y amigos", comenzó, "Estoy seguro de que muchos de ustedes ya me conocen. Ogun-Mori, actual CEO de la Sentan Corp, los mayores expertos en medicina y biogenética del cuadrante Alef. Sin duda se preguntaran a que se debe toda esta parafernalia, tan a la antigua, tan rebuscada. Sobre todo cuando en la Sentan normalmente anunciamos nuestros nuevos productos de formas más discretas y directas a nuestros clientes."
Hizo una breve pausa. Bien, parecía que estaban atentos.
"Pero hoy es una ocasión especial", continuó, "Hoy no vamos a anunciar un producto que vender. Hoy nuestra clientela es toda la galaxia y sus buenas gentes que tanto han sufrido. Si algo aprendimos hace siete meses, aquí, en este mismo lugar, es que la amenaza garmoga es más real que nunca y que los Riders, nuestros campeones, no pueden estar en todas partes."
Eso es, apuntala sus faltas pero sin ser activamente antagonista, pensó, Debes presentarte como una alternativa pero no quemar puentes.
"¡Por ello, tras años de estudio y sacrificio, la Sentan Corp puede anunciar hoy con orgullo que los Riders ya no lucharan solos!", exclamó, haciendo un gesto hacia el lado izquierdo de la plataforma.
Los paneles con logos corporativos se desplazaron al tiempo que comenzó a sonar una melodía triunfal. Una figura emergió bañada por las luces del palco y los flashes de los drones cámara, atrayendo toda la atención de los presentes.
Era un eldrea, su aspecto insectoide lo denotaba, pero como ningún otro de dicha especie. Su segundo par de brazos inferior había desaparecido dejando una figura humanoide de cuatro extremidades similar a la de los atlianos y los humanos. Era alto y robusto, y como otros eldrea no hacía uso de ropajes dejando expuesto su exoesqueleto.
Dicho exoesqueleto se asemejaba más a una armadura que a otra cosa. Era de color verde en brazos y piernas y pardo en su torso. Las mandíbulas aserradas de su rostro, más redondeando y aplanado que el de otros eldrea, parecían atrofiadas, dejando entrever una boca de aspecto casi humano tras ellas. Sus ojos eran de un rojo carmesí brillante y de gran tamaño, pareciendo casi lentes que ocupaban gran parte de una cara coronada por dos antenas retráctiles posicionadas como una V.
"¡Les presento al mayor logro de la civilización eldrea y de la Sentan Corp! ¡El fruto de años de desarrollo en bioingeniería, cibernética y aplicaciones mágicas de potenciación!"
El ser se situó junto a Ogun-Mori mientras éste hablaba, caminando hacia él con paso firme. Al volverse hacia los espectadores y cruzarse de brazos, los miembros del público con afinidad a la magia pudieron sentir un leve pulso de energía contenida, como si aquella criatura estuviese limitando de forma consciente su propio poder.
Ogun-Mori continuó.
"¡Tienen ante ustedes al primero de una nueva línea de defensa de la galaxia contra los garmoga!", exclamó, "Amigas y amigos míos...¡Les presento a SHIN!"
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